La esperanza siempre queda (dice "el otro") y como todavía no ha empezado la gira oficial (2 de Octubre en Hartford) uno tiene la ilusión que sean 3 horas de concierto, sino 2 y media, que sea largo, muy largo, porque realmente se hace corto, muy corto. Decir tiene que, este buen hombre (si, el JEFE, el BOSS) tiene la mala (o buena, segun se mire) costumbre, de terminar sus conciertos con temas, nada tranquilos, clásicos en los que si no saltas y gritas, no amas la música, no la sientes, porque, mis queridos amigos, eso de acabar con "Dancing in the dark" o "The promised land" es para, para.....no sé para que es, pero vamos, que no te puedes creer que se enciendan las luces del recinto y te indiquen que salgas fuera. Es algo que hay que vivirlo y verlo para contarlo.
El 25 de Noviembre descarga en Madrid. Allí estaré si no falla nada de lo que tiene que fallar. Entrada de pista, si de pista, sé que no soy un Michael Jordan (y no me refiero a lo de ser negro, o de color) pero la emoción de saltar y no parar es algo que merece la pena, porque cuando estas allí abajo, entre toda esa gente y suenan los primeros acordes (en esta gira seran los de "Radio Nowhere") ya no te acuerdas de las horas de espera, de lo que te duelen los pies, del hambre que tienes, de las ganas locas que tienes de ir al baño y sobretodo, no te acuerdas de lo que te ha costado la entrada o conseguir una entrada, porque cuando ves esa descarga tan honesta y sincera de pura música, todo lo demas, TODO, sobra...
Espero que algún día disfruteis de su directo, sino, yo os lo podré contar.
Larga vida al rock n' roll.