jueves, 10 de diciembre de 2009

Soledad contra silencio

Y se hizo el silencio...justo antes de irse a dormir, todo estaba en calma: la noche, la carretera, la cafetera había dejado de sonar, sólo el ruido de un coche que se alejaba perturbaba el silencio...el coche se fue y el silencio se hizo. Ese silencio que tanto le gustaba, que tanto ansiaba cada mañana al confundirse entre la gente del autobús, ese silencio que buscaba en cada rincón de su trabajo, ese silencio que lo encontraba entre las sábanas que estaba a punto de sentir.

Pero junto a ese silencio se encontraba su compañera inseparable...la soledad, esa que no se marchaba por más que corriese, esa soledad que se pegaba a su sombra, negra, como su soledad. Negra de vieja, de años que cargaba en su joven espalda.

Silencio y soledad se encontraban con él cada noche. Soledad sin silencio no es soledad. Silencio sin soledad, carece de sentido.

Sentía el olor a café recién hecho, pensaba en el mañana...otro día más, otra noche más que nace, un nuevo día que pasará...Toda una vida que pasará, pensaba a veces en silencio. En soledad...

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